Por Ramón Ceballo
El PRD ha sido una organización política que ha escrito páginas gloriosas, en la lucha por la consolidación de la democracia, la libertad, la participación política en nuestro país, sin embargo, en la Seccional de Florida esto nunca se ha manifestado, debido a que la política implementada por los pseudo-dirigentes perredeístas solo responden a situaciones coyunturales, donde sus actuaciones son completamente excluyentes y con un alto contenido grupal.
Debido a sus actitudes caprichosas y sectarias las actividades son espontáneas, personalistas y orientadas en función de los intereses de un sector que se consideró dueño del PRD, estas acciones han arrastrado a éste partido al mayor descrédito en las últimas décadas.
Los dirigentes del PRD en Florida son el resultado de designaciones, nunca fruto de una elección democrática. Por tal razón el PRD en esta Seccional, sus militantes y simpatizantes lucen ajenos al interés de sus dirigentes. Las reuniones ordinarias hace más de dos años no se llevan a cabo. Se ha perdido el contacto con los dirigentes y sobre todo con la militancia, por tal razón han desaparecido los organismos del partido.
Los perredeístas no podemos seguir así. Vivimos un tiempo de cambio, unidad, y disciplina; donde la dirección política del partido en ésta Seccional sea el resultado de la voluntad de las bases, quienes son las únicas con el derecho a decidir su futuro.
A partir de esta Convención los trabajos políticos de los perredeístas de Florida deben ser el resultado del consenso de los dirigentes, no la disposición administrativa de aquellos que ya perdieron la credibilidad y confiabilidad en el seno de nuestra Comunidad.
Los que todavía creemos que en el Partido Revolucionario Dominicano, existe un espacio político debemos aprovechar este período preconvencional para que todos reflexionemos y busquemos la forma de trabajar unidos para cambiar la imagen de nuestros dirigentes. Es la ocasión oportuna para organizar un Movimiento Renovador, el cual contribuya a crear las condiciones para que el PRD se abra, crezca, predomine en sus nuevos dirigentes la honestidad, la legalidad , y la democracia. El Partido debe ser Organizado realmente basado en una plataforma moral, como lo planteaba el Dr. José Francisco Peña Gómez.
Las brisas de los nuevos tiempos nos indican que debemos abocarnos a la reorganización, al análisis de los errores cometido, a poner en balanza las fortalezas y debilidades de cada dirigente, a desglosar como nuestras ideas sintonizan o no con los anhelos y esperanzas de la Comunidad Dominicana residente en Florida, la cual cada día crece mas y tiene mayores demanda.
Es hora de que cada perredeísta examine con toda seriedad su actitud y conducta, qué puede hacer positiva o negativamente por la renovación y la preservación del Partido Revolucionario Dominicano, como una organización fuerte, creíble y sobre todo moralmente poderosa.
Renovar es crear organismos con estructuras que faciliten estar en condiciones de ofrecer respuestas adecuadas y prácticas a los nuevos desafíos que se presentarán en el transito al relanzamiento del Partido por la reconquista del poder. Renovar es recurrir a la gran reserva humana y moral de todos los perredeístas, para crear un liderazgo, una fuerza política con un basamento moral, que genere confianzas en las bases del partido y en la población en sentido general.
Promover la Renovación, es garantizar la institucionalidad, la democratización, el trabajo colegiado y sobre todo la unidad práctica, sincera y programática de los perredeístas. Renovar es integrar a los mejores hombres y mujeres a la dirección y así desarrollar trabajos que permitan rescatar el crédito y el respeto de la comunidad dominicana hacia nuestro Partido.
La renovación es un imperativo. Es la garantía para poder desempeñar el papel que esperan de nosotros las nuevas generaciones y estar en condiciones de enfrentar exitosamente los grandes retos que tenemos por delante.
Renovar el partido no es desconocer el esfuerzo de los dirigentes históricos sino sincerizar el liderazgo. No importa los riesgos que se corran, en este partido hay pseudos-dirigentes que todavía no asimilan la idea que ser dirigente es dirigir a la gente y usted no puede ser dirigente sino se ha ganado el respeto de la mayoría, con sus acciones, trabajo y sacrificio en el seno de la comunidad.
Renovar es llevar a cabo una labor constante y sin desmayo. La renovación de la dirección perredeísta de la Seccional de Florida contribuirá a producir la dinámica que permita buscar y obtener nuevos prosélitos. Solo así llegaremos a una comunidad que día a día crece. Si de verdad continuamos confiando en el PRD y creemos que este partido puede jugar un papel mas activo en la lucha por la democratización del país, debemos luchar por renovarlo y rescatarlo del anonimato al que lo han llevado sus pseudo dirigentes actuales.
Es necesario implementar un programa que lleve a la militancia en particular y a los dominicanos simpatizantes del PRD que residen en Florida un mensaje de esperanza, el cual permita mantenerlos con firmeza defendiendo los principios del Partido Revolucionario Dominicano.
Los perredeístas debemos cooperar con un proceso de renovación para rescatar del anonimato nuestra dirigencia y crear organismo con operatividad.
Es hora de impulsar cambios, renovar el liderazgo, poner al partido al día en las ideas y en los métodos de trabajo. El PRD tiene muchas gentes talentosas, honestas, con valores. Una real renovación nos facilita dar ejemplo una vez más de institucionalidad democrática, manejo transparente, racionalidad, y respeto. Vamos todos a desarrollar el surgimiento de la autenticidad del liderazgo partidario evitando así que el partido continúe asociado institucionalmente a los escándalos. Es hora de rescatar los principios que le dieron origen al PRD y reintegrarlo a una sociedad dominicana que anhela esperanzada una renovación nacional.
Este momento nos obliga a ser selectivos y no dejarnos arrastrar o cegar por las apariencias. Vamos a votar y a elegir a los mejores compañeros y compañeras que garanticen el trabajo comunitario y la identificación permanente con los problemas de la comunidad.
El voto de los perredeístas tiene que ser un voto de calidad. El voto de calidad significa echarlo por aquellos compañeros y compañeras que se lo han ganado con los trabajos realizados y los méritos acumulados.
Debemos valorar las condiciones políticas y personales de nuestros dirigentes. Necesitamos hombres y mujeres en la dirección del partido con voluntad política, capaces y con sentido de responsabilidad.
Hoy mas que nunca se hace necesario unificar esfuerzos para impedir que aquellos sectores que no les importó el futuro del perredeísmo, y mucho menos los principios peñagomista, continúen manteniendo paralizados los organismos del PRD.
Es tiempo de construir una imagen con dirigentes que reflejen el interés de dejar a un lado el camino de la división, el sectarismo, la falta de respeto a los organismos y sobre todo a nuestros militantes. Es hora de dejar atrás a los dirigentes que no les importa violentar los principios básicos del perredeísmo y tomar en cuenta a aquellos que han respetado las esencias del PRD.
El relanzamiento del Partido requiere preservar lo mejor de lo viejo e integrar lo mejor de lo nuevo en una dirección que garantice el centralismo democrático, la continuidad de los trabajos partidarios, y el respeto a las decisiones adoptadas por los organismos competentes. El PRD tiene que salir unido y fortalecido de este proceso convencional