Por Ramón Ceballo
Después de transcurrido el proceso electoral, lo primero que tenemos que hacer es felicitar a las bases del Partido Revolucionario Dominicano, que gallardamente nos salvaron la honra, ya que tuvimos un proceso sin gerencia, sin espíritu de cuerpo en la dirección, con un candidato muy rico, pero cuyos principales colaboradores en todo momento pretendieron evadir los vínculos partidarios institucionales.
Durante meses el candidato presidencial no era candidato del PRD parecía no tener partido. El PRD estuvo en el sótano, guardado. El repunte de Miguel Vargas se produce justamente cuando los dirigentes que tenían excluidos aparecen y comienzan a aplicar la línea de masas y las bases se movilizan.
Las bases del partido son nuestros héroes, pues no es un secreto que la Sociedad voto en contra de muchos dirigentes que han sido protagonistas por mucho tiempo de episodios que todavía se mantienen vivo en el seno de la población, pero ellos no son capaces de entender que deben hacerse a un lado.
Además, es muy cierto que Leonel Fernández hizo una gran utilización de dinero proveniente de los fondos públicos, tal como denunció la misión oficial de observadores de la OEA para favorecer al candidato oficialista, pero no podemos ocultar que nosotros tuvimos ausencia del referente ético Moral, el cual no estuvo en nuestra oferta.
Nuestra propuesta fue rica materialmente pero muy pobre en las ideas y planteamientos. Sin embargo, quiero decir que a pesar de tantas desigualdades, quedamos muy bien, y gracias a la dureza de la base del partido nos ha permitido todavía existir como organización política y el PRD salió fortalecido y se ha consolidado como la principal fuerza opositora de la Nación.