Por Ramón Ceballo
Es necesario iniciar este análisis diciendo que durante estos dos años de gobierno del Partido de la Liberación Dominicana, no ha habido un plan maestro claramente definido.
La improvisación ha sido la característica principal del gobierno, que se ha pasado 24 meses dando palos a ciegas, sin saber qué hacer frente al crimen, el robo, el narcotráfico, los secuestros y otras manifestaciones del delito.
Podemos observar además, la ausencia de una política migratoria sin prejuicios, con visión positiva y con seriedad, la carencia de energía eléctrica agudizándose cada día mas el problema de los apagones, el déficit de viviendas, el descuido de la educación pública, de atención médica y hospitalaria por parte de la población, del costo de los artículos de primera necesidad.
1.- Durante estos dos años podemos señalar que los problemas de la violencia y la delincuencia en la República Dominicana y, lo que de esto deriva: la inseguridad ciudadana, han dejado de ser simples asuntos en la agenda nacional y cada día que pasa van convirtiéndose en problemas sociales de trascendental importancia.
El marcado grado de inseguridad por el que atraviesa la República Dominicana manifestado en estos dos años de gobierno peledeísta, está sembrando incertidumbres generadoras de desconfianza y desesperanza que a su vez repercuten en una mayor degradación de la situación económica de la mayoría de nuestro país.
2.- El gobierno del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y el presidente Leonel Fernández durante estos dos años han estado salpicado por escándalos, luchas internas y desaciertos en las toma de decisiones, acciones estas que les han mellado la credibilidad.
Ha sido evidente durante estos dos años el nivel de complicidad entre los funcionarios peledeístas en acciones dolosas tales como: la terminación del edificio de la Suprema Corte de Justicia (SCJ) y la Procuraduría General de la República, las cuales sobrepasaron lo estimado en decoraciones y mobiliario.
Estas sobre valuaciones por mas de 240 millones de pesos fueron estimadas como escandalosas, y dejaron un legado de corrupción a la vista. El anuncio que invirtieron 25 millones de dólares para la terminación de una clínica privada en Santiago; la compra del antiguo edificio de Verizon por la suma de mil (1,000) millones de pesos (edificio este que dos años antes costó 195 millones) y la remodelación de la biblioteca de la Universidad Autónoma, (acabada de inaugurar), fueron acciones claramente movidas por intereses que buscaban comisiones, las cuales dejaron millones de pesos.
El escándalo de Bienes Nacionales, los sobornos y compra que, públicamente efectuó Leonel Antonio Fernández Reyna de opositores, hacen creer a muchas gentes que estuvieron dirigidos a obtener cargos electivos por medio del recurso del soborno a opositores, procedimiento tan vil como execrable que los hipócritas dirigentes peledeistas tanto decían criticarle a Joaquín Balaguer.
La política anticorrupción llevada a cabo durante estros dos años por los peledeístas tiene fuertes cuestionamientos, la cual se ha profundizado por confrontaciones en el seno del propio Partido. Los cuestionamientos comenzaron cuando un decreto del Poder Ejecutivo canceló los abogados que representaban al Estado dominicano en el proceso judicial que involucra a funcionarios y dirigentes peledeístas responsables de la aplicación del Programa Eventual de Empleos Mínimos (PEME) del período gubernamental 1996-2000.
Continuaron esos cuestionamientos cuando el 17 de abril del año 2005, el subsecretario de las Fuerzas Armadas, Julio César Ventura Bayonet, quedó en cuestionamiento tras ser encontrado en Moca en la finca donde las autoridades aduanales incautaron un cargamento de varios miles de cajas de licores introducidos al país de contrabando, y el general continuó en su misma posición.
Es evidente la ausencia en el gobierno de una política anticorrupción, por lo tanto durante estos dos años tenemos una sociedad sin los parámetros que la justicia requiere, por tal razón hoy no podemos decir que tenemos garantía de democracia ni mucho menos mecanismos para garantizar la seguridad ciudadana; lo que está generando un alto grado de impunidad y de complicidad.
Lo del crecimiento económico del gobierno peledeísta que encabeza Leonel Fernández, es un cuento más de los que Juan Bosch hizo adictos a sus fanáticos en su consagración como sacerdotes de la mentira. La verdad comprobada en República Dominicana, es que no hay dinero circulante en manos de la gente, y con ello el mercado de consumo cotidiano y de sostenimiento se ha venido a pique. De ahí que no sea verdad, sino una gran mentira, lo del crecimiento, a menos que no se trate del aumento palpable de la miseria y del hambre del pueblo dominicano.
Durante estos dos años de gobierno del Partido de la Liberación Dominicana lo que si se puede a diario comprobar es el progresivo deterioro económico que degrada el nivel de vida, y acentúa el desempleo, multiplicando la pobreza que afecta a la mayoría de los dominicanos.
Durante estos dos años del período gubernamental del presidente Leonel Fernández y el Partido Morado se ha incrementado el narcotráfico, los propios medios de comunicación independientes han llegado a señalar que existen más de dos mil puntos de venta de drogas, y las autoridades no toman medidas para enfrentar esta terrible situación.
Es necesario también tomar en cuenta el problema de la impunidad que existe en este gobierno, de ahí que podemos concluir esta primera parte diciendo que nuestra sociedad sin los parámetros que la justicia requiere no puede decir que tiene garantía de democracia ni mucho menos mecanismos para garantizar la seguridad ciudadana.