Vistas de página en total

martes, 26 de agosto de 2025

Los Filicidios convierten el hogar en un campo de muerte


Por Dr. Ramón Ceballo

El hogar debería ser el lugar más seguro para un niño. Sin embargo, en República Dominicana cada vez más titulares muestran lo contrario: madres y padres que asesinan a sus propios hijos. Este fenómeno, lejos de ser aislado, refleja la fragilidad de los entornos familiares más vulnerables.

Durante años, los feminicidios ocuparon la primera línea del debate público. Hoy, sin embargo, el filicidio, el asesinato de hijos por parte de sus progenitores,  comienza a abrirse paso como una nueva y dolorosa realidad. ¿Qué lo provoca? ¿Son decisiones equivocadas y repetitivas, acumulaciones de dolor, o la desesperanza que carcome a quienes ya no ven salida?

Los entornos familiares pobres, violentos y carentes de apoyo psicológico se convierten en caldo de cultivo para estas tragedias. Cuando la pobreza sigue atrapando al 18 % de la población (Banco Central, 2024), cuando la violencia de género aún está presente en más del 70 % de los conflictos intrafamiliares (Procuraduría General de la República, 2022), y cuando el consumo de alcohol y drogas distorsiona el juicio en hogares desestructurados, el desenlace puede ser fatal.

El filicidio no es un crimen que surge de la nada. Es la punta del iceberg de un sistema de salud mental en ruinas, de una sociedad que normaliza la violencia y de un Estado que invierte apenas un 2 % de su presupuesto sanitario en atender lo psicológico (Organización Mundial de la Salud, 2023). En ese contexto, los hijos terminan convertidos en víctimas inocentes de un entramado de frustración, soledad y venganza.

Preguntarse por qué una madre o un padre matan a sus hijos no basta. Hay que mirar hacia atrás, a los círculos de violencia que se repiten generación tras generación, a las heridas emocionales nunca atendidas, a los silencios cómplices que callan hasta que la tragedia estalla.

Si los feminicidios ya son una vergüenza nacional, los filicidios son una señal de alarma aún más grave. El hogar, el espacio que debería cuidar la vida, se ha convertido en escenario de muerte. Hay necesidad urgente de fortalecer los sistemas de registro, evaluación y prevención del filicidio Y mientras el Estado siga negando el colapso de la salud mental, los titulares seguirán manchándose con sangre inocente.

Estudios en Estados Unidos revelan que, de cada 100 homicidios cometidos contra menores de edad, en casi el 60 % de los casos los responsables son los padres biológicos, y en una proporción importante las madres (Putkonen et al., 2016).

En República Dominicana, aunque no existe una estadística oficial específica sobre filicidios, informes del Observatorio de Seguridad Ciudadana (2023) indican que el 37 % de los homicidios de menores ocurren en el contexto intrafamiliar, lo que incluye a madres, padres y padrastros. Los filicidios representan entre el 8 % y el 14 % de los homicidios infantiles, según registros en países desarrollados

Estos datos evidencian la urgencia de políticas públicas integrales en salud mental, protección familiar y prevención de violencia doméstica, sin las cuales los titulares seguirán repitiéndose y las víctimas seguirán siendo los más vulnerables.