Por Doctor Ramon Ceballo
José
Francisco Peña Gómez, fué uno de los primeros en presentarse frente a los
comisionados del PRD, que llegaron a la República Dominicana, en julio del año
1961.
A partir de ese momento el nombre de José Francisco
marcharía unido a las siglas de su Partido Revolucionario Dominicano, al cual
abrazó con tesón y amor, asumiendo las labores básicamente de propaganda de la
organización en esa época.
Desde un principio el profesor Juan Bosch no solo fué su líder, sino también su guía y mentor por tal razón uno de los que más contribuyó en la formación política del jóven dirigente José Francisco Peña Gómez.
Es bueno tener presente que, lo que más ayudó al
desarrollo como líder del Dr. Peña Gómez fué el golpe de estado que se realizó
contra el presidente Juan Bosch en el año 1963, el cual descabezó la naciente
democracia dominicana.
El mismo día del golpe de Estado, José Francisco,
lanzó junto a Rafa Gamundy un mensaje al pueblo a través de un volante, en el
cual le informaba de la necesidad que había que el pueblo se preparara
para enfrentar el golpe de estado que cercenó la naciente democracia.
Ese golpe de Estado descabezó la dirección del PRD
debido a que sus líderes fueron deportados unos y perseguidos otros.
Esta nueva situación política fué la gran oportunidad
para que el jóven dirigente, José Francisco, descollara como líder de la
resistencia política al nuevo gobierno de fácto instalado, además le
obligó a reorganizar y dirigir al PRD.
Peña Gómez, como arquitecto de la resistencia dirigió sus
esfuerzos a penetrar las fuerzas armadas y buscar en ella seguidores para
enfrentar a los golpistas septembrinos.
Desde el programa Tribuna Democrática, el cual
prácticamente era un toque de queda debido a que se escuchaba en todo el país,
a través del mismo dirigía una agitación permanente contra las políticas y
acciones del régimen de facto.
A raíz de la invasión norteamericana y las
negociaciones llevadas a cabo para salir de las fuerzas invasoras, el Dr.
Peña Gómez estuvo en la comisión negociadora. Le correspondió a Peña, la
misión de proponer la paz, que terminó con el conflicto armado y la salida de
las fuerzas interventoras en el año 1965.
La represión lanzada por el gobierno de Balaguer, el
cual asumió la presidencia de la Republica, eliminó todos los acuerdos
que se habían establecido. Esta situación trajo como resultado que tanto el PRD
como las fuerzas democráticas pasaran a la defensiva como resultado
de la brutal represión que inició el gobierno de Balaguer contra los
constitucionalistas.
Es fundamental tener en cuenta que quien encarnó el
liderazgo opositor durante ese terrible periodo de represión y violación de los
derechos humanos fué el Dr. José Francisco Peña Gómez.
Las décadas del 60 y 70 fueron años de denuncias de la
violación a los derechos humanos, y Peña Gómez estuvo siempre al frente de
la oposición, jugándose la vida a diario.
Sin embargo para impedir que Peña Gómez no denunciara
la criminalidad de ese período, el gobierno balaguerísta tuvo que impedirle
incluso que hablara por la radio y la televisión y se publicaran en los medios
escritos informaciones acerca del líder de la oposición.
Peña Gómez, durante los 12 años de la semidictadura
ilustrada que dirigía Balaguer, vivió en permanente desasosiego, como resultado
de la persecución constante del régimen semidictatorial dirigido por el doctor
Joaquín Balaguer.
Es importante reconocer que durante el periodo de mayor
represión el cual dirigió el grupo paramilitar conocido como “Banda Colora” encargada
de dirigir la política represiva de ese periodo de gobierno balaguerísta, al
Dr. Peña Gómez nunca le temblaron las piernas para denunciar sus asesinatos.
Para enfrentar esa terrible situación decidió
trasladarse a la ciudad de Washington, en Estados Unidos,
donde organizó una marcha histórica en la cual participaron cientos
de personas quienes le acompañaron portando cruces blancas, con los nombres
de los asesinados por las bandas criminales del gobierno de Balaguer.
El doctor Peña Gómez, mientras llevaba a cabo las campañas
internacionales de denuncias contra la represión, a la vez como arquitecto de
la estrategia dirigida a enfrentar la situación política del momento en la
Republica Dominicana, después de la muerte de Francisco Alberto Caamaño, trazó
la línea a seguir, la cual fué orientada a desplazar a Balaguer a través de las
elecciones que se celebraron en el año 1978.
Como arquitecto de esa estrategia, orientó a la
dirección de su partido en el año 1976 durante la 8va Convención del
PRD en la que se decidió afiliar el partido a la Internacional Socialista
y buscar ampliar las relaciones políticas con los liberales de Washington y los
gobiernos democráticos del Mundo.
El triunfo político del PRD en las elecciones del año
1978 cambió la vida política del doctor Peña Gómez, la misma dió un
giro, pues a partir de ahí no tuvo que continuar en la clandestinidad porque ya
no era víctima de la represión política, aunque claro nunca desapareció la
campaña de discriminación racial, y las acusaciones de radical político
impulsada por sectores tanto dentro como fuera del PRD.
El liderazgo del Dr. Peña Gómez, no obstante ser un hombre
calumniado y discriminado, de una manera violenta y soez, fué forjado en las
luchas de la década de los años 60 y 70 contra los remanentes trujillistas,
enfrentando los golpistas del año 1963, durante la revolución de abril del 1965
y la lucha contra la represión balaguerísta, se consolidó con el triunfo del
PRD en el año 1978.
El doctor Peña
Gómez, tuvo un gran proceso de transformación
ideológica a partir del momento que se produjo la muerte del Tirano Rafael
Leónidas Trujillo, es a partir de ahí que Peña Gómez hace consciencia social y
abrazó unos conceptos políticos basados en valores.
Peña Gómez, creyó en la ideología y por lo
tanto asumió la ética, como principio cardinal, en la dirección política,
tanto en los partidos como en la sociedad misma. Para Peña Gómez, nunca el fin
justificaba los medios.
Peña Gómez, fué un combatiente en todos los escenarios, y
eso trajo como resultado poder estructurar un pensamiento, que lo separó
de los extremos, por eso no se preocupaba que lo acusaran sus contrarios de ser
un dirigente al servicio de los liberales de Washington, o un radical de
la izquierda revolucionaria.
Sus conceptos se orientaron a modernizar las acciones del Estado
dominicano y sus instituciones, con el objetivo de que éstas facilitaran
crear una sociedad más inclusiva.
Un gran aporte a los dominicanos, que hizo el doctor Peña
Gómez, fué que con su participación en la mayoría de los escenarios
de la política internacional, logró que la Republica Dominicana se
conociera en los más apartados rincones del mundo.
Peña Gómez, creyó y luchó por la instauración de la democracia
en el más amplio sentido de la palabra, además fue un impulsor de la
solidaridad, condiciones estas que facilitaron que fuera uno de los
dirigentes que estuvo a la vanguardia del socialismo democrático en América
Latina y el mundo.
Es necesario resaltar que Pena Gómez fué un político admirado y
respetado por los dirigentes políticos más avanzados desde Europa, Asia hasta
América latina y el Caribe,
Tenemos por delante el referente de un hombre
ejemplar, cuyos enormes aportes trascienden el paso del tiempo, su legado nos
sirve de inspiración para luchar por un mejor país, en el cual predomine la
solidaridad, y un sistema más incluyente, y transparente.
Un
dia de reflexión, no de cubrirse bajo su sombra, de levantar su tesis contra la
reelección, dejando a un lado a los malos hijos que hoy transitan el camino que
los condujo a pisotear los principios por los que él tanto luchó.
Sus
actos, orientaron el rumbo por el cual debía encaminarse la Nación.
Entre los triunfos
del Dr. Peña Gómez está haber desenmascarado el peledeísmo fariseo, que desde
antes de llegar al poder comenzó a soltar prendas como una prostituta en venta.
El doctor Peña Gómez, fue un dirigente político con un
profundo pensamiento social, preocupado por la equidad, la solidaridad, y la
libertad.
Peña Gómez, fué el más autentico representante de los
sectores populares, además de la más genuina representación del pensamiento
liberal y democrático. Peña
Gómez Fue solidario, humanista, un ente de generosidad, de
entrega, de amor, que trazó el camino de la lucha para tener un mundo mejor,
donde predomine el desarrollo humano, que nos dignifique a todos.
El apóstol del
pensamiento democrático en Latino América. Murió a los 61 años de edad. Su
mejor legado fué la solidaridad y la honestidad.
Se marchó y lo peor es que su partido y sus gentes no
han estado a la altura de su legado histórico.