Por Ramón Ceballo
En momentos en que la República
Dominicana demanda liderazgo político con visión de Estado, el nombre de Alfredo Pacheco emerge como una de las
figuras más sólidas, coherentes y experimentadas del escenario político
nacional. Su historia dentro del Partido
Revolucionario Moderno (PRM) y anteriormente en el Partido Revolucionario Dominicano (PRD),
constituye un testimonio de constancia, compromiso y entrega al servicio
público.
Desde muy joven, Pacheco abrazó los ideales democráticos y populares del PRD. Fue miembro activo de la Juventud Revolucionaria Dominicana (JRD) en la Zona J desde 1977, y con el paso del tiempo, asumió importantes responsabilidades organizativas, tales como Director de Organización del Distrito Nacional, Secretario General de la Región Central II, y miembro del Comité Ejecutivo Nacional, cargos que le permitieron conocer a fondo la estructura partidaria y ganarse el respeto de las bases.
Ha sido diputado en seis periodos consecutivos, y ha presidido la Cámara de Diputados en dos épocas distintas,
lo que lo convierte en uno de los congresistas más influyentes de la historia
reciente. Actualmente, también se desempeña como presidente del Foro de Presidentes de Poderes Legislativos de
Centroamérica y el Caribe (FOPREL) y miembro de la mesa directiva del Parlamento Latinoamericano (Parlatino),
espacios regionales donde ha proyectado con firmeza la voz de la República
Dominicana.
La verdad es que la trayectoria de
Alfredo Pacheco ha estado marcada por su defensa de leyes orientadas a la conectividad nacional, la institucionalidad
democrática y el desarrollo económico y social del país. Su postura ha
sido clara, firme y sin ambigüedades frente a propuestas legislativas que
pudieran comprometer el bienestar de la población o alterar el orden
democrático.
Hoy, Pacheco representa una voz autorizada dentro del PRM, y
su liderazgo es vital en un momento donde se requiere un relanzamiento institucional del partido, que permita consolidar
su estructura y asegurar la continuidad de los cambios que ha iniciado el
presidente Luis Abinader.
El PRM necesita fortalecer su
vínculo con las bases, profundizar su identidad ideológica y consolidarse como
una maquinaria política moderna y democrática. Para lograrlo, es indispensable contar con un Secretario
General con madurez política, experiencia organizativa y conexión auténtica con
los territorios. Alfredo Pacheco no solo reúne esas condiciones, sino
que representa una garantía de unidad, de compromiso con el gobierno y con el
pueblo dominicano.
Por eso, su nombre se perfila como
el más idóneo para liderar la nueva etapa del PRM. En su figura se conjugan la
experiencia acumulada, el conocimiento del partido desde sus raíces y la visión
necesaria para seguir avanzando por el camino del cambio.