lunes, 26 de mayo de 2025

Tráfico de Migrantes Haitianos, Una Tragedia Silenciosa y Multisectorial

 


Por Doctor Ramón Ceballo

Por décadas, la migración irregular haitiana hacia la República Dominicana ha sido una realidad compleja y muchas veces ignorada por quienes tienen el deber de enfrentarla. En los últimos años, esta situación se ha agudizado, convirtiéndose en una crisis humanitaria y de seguridad nacional.

Lo más alarmante es que detrás de esta tragedia silenciosa se encuentran redes de tráfico ilícito de migrantes, trata de personas, y la participación directa de actores estatales y empresariales que se benefician de este negocio inhumano.

La verdad es que Investigaciones oficiales han identificado que un número significativo de ciudadanos haitianos ha ingresado a territorio dominicano a través de redes de tráfico de migrantes que operan en la frontera.

Estas redes criminales no solo organizan el paso clandestino de personas, sino que además explotan a mujeres y niños, obligándolos a prostituirse, mendigar o incluso participar en combates clandestinos, en una nueva modalidad de violencia que afecta particularmente a menores de edad.

Un informe reciente de las autoridades dominicanas señala que cada año cientos de niños cruzan la frontera hacia República Dominicana, víctimas del tráfico transfronterizo. Muchos son separados de sus familias o engañados con falsas promesas de oportunidades laborales. Al llegar al país, son explotados por estas mafias que lucran con su miseria.

La gravedad de este fenómeno no radica solo en la existencia de redes criminales, sino en la participación directa de sectores que deberían estar encargados de proteger la soberanía nacional y los derechos humanos. Militares activos, empresarios agrícolas y de la construcción están siendo investigados por facilitar o lucrarse del tráfico de personas.

Lo cierto es que una de las investigaciones más impactantes fue la operación “Máscara de Janus”, en la que se arrestó al capitán de la Fuerza Aérea Dominicana (FARD), Domingo Ureña Rodríguez, implicado no solo en el tráfico ilícito de inmigrantes, sino también en casos de falsificación de documentos, cohecho, estafas y asociación de malhechores.

Según datos oficiales del gobierno dominicano, en los últimos siete meses se han sometido judicialmente a más de 275 personas por su implicación directa en el tráfico de migrantes, incluyendo militares, empresarios, funcionarios públicos y traficantes individuales.

Esta cifra representa un avance significativo en la visibilización y judicialización del problema, y pone en evidencia una voluntad creciente por parte del Estado de enfrentar este flagelo con mayor determinación. Sin embargo, estos esfuerzos, aunque importantes, resultan insuficientes si no se traducen en una política de Estado integral, con sanciones ejemplares que incluyan penas de prisión efectivas, decomiso de bienes y eliminación de estructuras de protección política y económica.

Los principales beneficiarios de este tráfico humano son claramente identificables:

  1. Militares corruptos, que permiten el paso a cambio de sobornos.
  2. Políticos y funcionarios civiles, que protegen o participan directamente en las redes.
  3. Empresarios agrícolas, que demandan mano de obra barata e indocumentada.
  4. Constructores, que utilizan a migrantes como fuerza de trabajo sin derechos ni protección laboral.

El gobierno del presidente Luis Abinader ha demostrado un incremento general de los esfuerzos en comparación con otras épocas, reiterado recientemente la necesidad de reforzar el compromiso militar con la seguridad en la frontera.

Sin embargo, más allá del discurso, el presidente Abinader ha entendido que se requiere una política de Estado firme, transparente y sostenida que enfrente este crimen organizado con determinación por eso propuso una reunión con los ex presidentes convencido de que la complicidad de sectores internos agrava la situación y requiere respuestas institucionales contundentes.

La magnitud del problema exige una estrategia sostenida que combine prevención, control fronterizo eficaz, depuración institucional y, sobre todo, una política represiva firme con condenas reales para los responsables. No se puede seguir permitiendo que este crimen se mantenga impune o que las sanciones sean laxas frente a la gravedad de la trata y el tráfico humano.

La República Dominicana debe garantizar que quienes trafican con la dignidad de los seres humanos reciban el peso completo de la ley y que el Estado no sea cómplice, por omisión o tolerancia, de esta tragedia humanitaria.

La migración forzada haitiana es un drama humano, pero el tráfico de seres humanos no debe convertirse en un negocio permitido por el silencio oficial ni por intereses.

Bibliografía Sugerida:

  • Dirección General de Migración (2024). Informe sobre la situación de la migración irregular en la frontera domínico-haitiana.
  • Centro Bonó (2023). La Frontera: Espacio de comercio, tránsito y derechos humanos.
  • Naciones Unidas – OIM (2022). Trata de personas en el Caribe: Diagnóstico y recomendaciones.
  • Diario Libre (2024). Capitán de la FARD arrestado por red de tráfico de haitianos.
  • Listín Diario (2023). Pandillas, trata de personas y corrupción fronteriza: un triángulo peligroso.