viernes, 18 de julio de 2025

Los fideicomisos

 

Por el Doctor Ramón Ceballo

El fideicomiso se ha convertido en una herramienta clave para la gestión de recursos y la ejecución de proyectos tanto públicos como privados en la República Dominicana. Esta figura legal y financiera permite que una persona, conocida como fideicomitente, transfiera bienes, derechos o capital a otra, denominada fiduciario, quien los administra con un propósito previamente definido.

En el país, los fideicomisos están regulados por la Ley No. 189-11 sobre el Desarrollo del Mercado Hipotecario y el Fideicomiso, promulgada en 2011, durante el mandato del presidente Leonel Fernández.

Desde entonces, esta normativa ha permitido estructurar múltiples iniciativas vinculadas a vivienda, infraestructura, energía y desarrollo social, consolidando al fideicomiso como un instrumento versátil y cada vez más utilizado por el Estado dominicano para impulsar el desarrollo económico y mejorar la eficiencia en la administración de los recursos públicos.

Durante los gobiernos de Leonel Fernández se estructuraron fideicomisos relevantes como el de la Autopista del Nordeste y el Boulevard Turístico del Atlántico, mediante contratos de concesión que buscaban mejorar la conectividad vial entre Santo Domingo y Samaná. Asimismo, se formalizó el acuerdo con Aeropuertos Dominicanos Siglo XXI (Aerodom), que cedía la administración de varios aeropuertos internacionales al sector privado.

El Fideicomiso para el Desarrollo del Mercado Hipotecario y el Acceso a la Vivienda, además de iniciarse la conceptualización del Fideicomiso Ciudad Juan Bosch, uno de los proyectos habitacionales más ambiciosos del país.

Los fideicomisos tienen múltiples usos, tanto en el ámbito público como en el privado. Entre los más comunes destacan el desarrollo de proyectos inmobiliarios, en especial los orientados a la vivienda de bajo costo; la administración transparente de fondos públicos o privados; la constitución de garantías de crédito para facilitar el financiamiento; la protección patrimonial frente a riesgos legales o financieros; y la ejecución de obras de infraestructura o programas sociales que requieren una gestión eficiente y orientada a resultados.

Aunque muchos de estos instrumentos jurídicos y financieros se desarrollaron con mayor alcance en gobiernos posteriores, varios fueron previamente estructurados o impulsados desde la gestión de Fernández, como parte de una visión orientada a modernizar la administración pública, diversificar las fuentes de inversión y fomentar la colaboración entre el Estado y el sector privado.

El fideicomiso se destaca por sus numerosas ventajas. Ofrece seguridad jurídica, ya que los bienes que lo integran están protegidos de embargos y se mantienen separados del patrimonio del fiduciario, lo que garantiza mayor confianza para las partes involucradas. También promueve la transparencia administrativa, ideal para proyectos de interés social, y posee una notable flexibilidad para adaptarse a distintos fines, como viviendas, infraestructura o inversiones estratégicas. A ello se suma la eficiencia en la gestión, al ser administrado por entidades especializadas, y la confianza que ofrece a los inversionistas al asegurar el cumplimiento de objetivos previamente establecidos.

Sin embargo, no está exento de desafíos. Su estructura legal puede resultar compleja y requiere asesoría técnica especializada, lo que puede dificultar su implementación. Además, genera costos operativos por los honorarios fiduciarios y la administración de los recursos.

Si no se cuenta con mecanismos adecuados de control y supervisión, existe el riesgo de opacidad en el manejo de fondos, lo que puede derivar en falta de transparencia o evasión de responsabilidades públicas. También se ha señalado la dependencia del fiduciario, que debe ser una entidad bien regulada y confiable, y la limitada fiscalización en algunos fideicomisos públicos, lo cual abre espacios para prácticas poco transparentes.

Durante los gobiernos del presidente Danilo Medina (2012–2020), el fideicomiso se consolidó como un instrumento esencial para la ejecución de políticas públicas. Entre los principales fideicomisos creados o ejecutados en ese período destacan el Fideicomiso Ciudad Juan Bosch, orientado a viviendas de bajo costo; el Fideicomiso para el Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (FIDE).

Además, el Fideicomiso RD Vial, encargado de administrar ingresos por peajes y expandir la red vial del país. También se implementó el Fideicomiso para la Construcción de Hospitales y Centros de Salud (FIDESSA), que facilitó la modernización del sistema hospitalario público; el Fideicomiso PRO-PYME / MIPYMES, enfocado en el acceso al crédito para pequeñas y medianas empresas; y el Fideicomiso del Proyecto Domingo Savio, que permitió la reubicación y urbanización de sectores vulnerables como La Ciénaga y Los Guandules.

Estos ejemplos reflejan cómo el fideicomiso, bien diseñado y fiscalizado, puede ser una poderosa herramienta de desarrollo, capaz de canalizar inversión, mejorar la calidad del gasto público y generar impacto positivo en la vida de miles de ciudadanos.