Por Doctor Ramón
Ceballo
Jarabacoa, República Dominicana – Como jarabacoense me siento orgulloso que cada año, durante el mes de junio, el corazón de la Cordillera Central se transforma en un verdadero jardín viviente con la llegada del Festival de las Flores en Jarabacoa.
Esta emblemática celebración no solo embellece la ciudad con un estallido de colores, fragancias y naturaleza exuberante, sino que también se convierte en un escenario vibrante donde convergen la identidad cultural, el arte popular, la conciencia ambiental y el turismo sostenible.
Más que un evento decorativo, el festival representa un tributo a la tierra, al trabajo del floricultor y al espíritu comunitario que define a esta región montañosa, consolidándose como una de las actividades culturales y eco turísticas más importantes de la República Dominicana.
El Festival
de las Flores de Jarabacoa fue fundado en el año 2009 por la reconocida gestora cultural Eunice Marmolejos, con una visión profundamente arraigada
en el amor por la tierra y la identidad de su gente.
Inspirada en el potencial natural y humano de
la región, Marmolejos concibió el festival como una plataforma que permitiera
al hombre y la mujer de montaña reconocer, valorar y
celebrar su identidad, su cultura y los frutos de su trabajo agrícola,
especialmente a través de la floricultura, una actividad que ha florecido en la
zona gracias a su clima privilegiado.
La intención original era clara, impulsar el desarrollo
sostenible de Jarabacoa, promoviendo el turismo ecológico, la
educación ambiental, el emprendimiento rural y la integración comunitaria
mediante una celebración que enalteciera lo mejor de la naturaleza y la cultura
local.
Desde sus inicios, el evento fue
organizado por la Fundación Festival de las Flores,
institución que canaliza los esfuerzos organizativos, educativos y logísticos
del festival. A partir de su sexta edición,
la dirección ejecutiva fue asumida por Alba Iris Rodríguez,
hija de la fundadora, quien ha jugado un papel fundamental en la consolidación
y expansión del festival.
Bajo su liderazgo, el
evento ha ganado proyección nacional e internacional, integrando una visión más
estructurada, inclusiva y orientada a la sostenibilidad, sin perder la esencia
comunitaria que lo vio nacer.
El festival tuvo como escenario principal la avenida Norberto Tiburcio, arteria central de Jarabacoa que se viste de gala para recibir a miles de visitantes y exposiciones florales. Uno de los puntos más emblemáticos del evento fue la zona de La Confluencia, donde se encuentran los ríos Yaque del Norte y Jimenoa, es un entorno natural de singular belleza que refleja la esencia misma del festival: la armonía entre naturaleza, cultura y comunidad.
Este espacio, símbolo de la
vida y la fertilidad del valle, ofreció un marco perfecto para la instalación
de tarimas culturales, áreas de exhibición, zonas gastronómicas y actividades
eco turístico, consolidándose como un punto de encuentro donde la naturaleza
sirve de escenario vivo para la celebración.
Este décimo cuarto Festival
de las Flores tuvo como invitado especial al
municipio de Santiago, cuya participación enriqueció la
celebración con su arte, cultura y tradiciones, fortaleciendo los lazos entre
comunidades hermanas de la región.
Actualmente, la organización del Festival de las Flores está a cargo de la Fundación Festival de las Flores, presidida por Mercedes “Milly” Pérez Ceballos, quien ha sido pieza clave en el crecimiento y fortalecimiento institucional del evento.
Bajo su liderazgo, el
festival ha alcanzado una dimensión más sólida y estructurada, gracias a su
capacidad para articular el respaldo del Estado, del sector privado y de
organismos culturales y medioambientales. Milly Pérez ha logrado consolidar
alianzas estratégicas que han permitido profesionalizar la gestión del
festival, ampliar su impacto social y económico, y posicionarlo como una
referencia nacional en términos de cultura, sostenibilidad y turismo
comunitario.
Su gestión ha sido especialmente
notoria en la más reciente decimocuarta edición del
festival, que concluyó exitosamente el pasado domingo 22 de junio. Esta edición no solo superó las
expectativas en términos de asistencia, participación y organización, sino que
también reafirmó el compromiso de las autoridades con este evento que ya forma
parte del patrimonio cultural vivo de Jarabacoa y de la República Dominicana.
La agenda del festival incluyó, entre otras actividades, desfiles de carrozas, presentaciones artísticas, exposiciones de flores y artesanía, talleres ambientales, competencias deportivas, muestras gastronómicas y actividades infantiles, ofreciendo una experiencia diversa para toda la familia.
Además, exposiciones y concursos de
orquídeas, bromelias, suculentas, rosas, desfiles de carrozas florales y
comparsas regionales con participación comunitaria, concursos de arte floral,
sombreros y sombrillas decoradas, además, competencias deportivas: caballos de
paso fino, voleibol y fútbol de arena, y torneos de ajedrez