Por Doctor Ramón Ceballo
La magnitud de la violencia que atraviesa la
sociedad dominicana, física, sexual, psicológica y estructural, exige algo más que diagnósticos repetidos; demanda un plan de acción integral y urgente.
El miedo, convertido en un mecanismo de control que silencia a las víctimas y fortalece a los agresores, ha deteriorado profundamente la salud mental individual y colectiva.
Ante este panorama, resulta indispensable
impulsar una respuesta estatal, comunitaria e institucional que rompa el ciclo
de impunidad y que garantice atención, protección y justicia real.
Por ello, proponemos 36 medidas y acciones esenciales
orientadas a combatir de raíz la violencia, reducir el miedo que paraliza y
construir un entorno donde prevalezca la seguridad, el respeto y el bienestar
emocional.
1.
Reformas institucionales y del sistema de justicia
- Fortalecer el Ministerio
Público para
garantizar que las denuncias no se archiven ni se diluyan en la
burocracia.
- Eliminar la revictimización en fiscalías, destacamentos y
tribunales mediante protocolos obligatorios.
- Garantizar medidas de
protección inmediatas,
sin trámites que retrasen la seguridad de la víctima.
- Asegurar condenas efectivas, evitando negociaciones,
desistimientos presionados o acuerdos fuera de la ley.
- Crear unidades especializadas en delitos sexuales y
violencia psicológica con personal capacitado.
- Monitoreo estricto de agresores
reincidentes,
incluido registro nacional y programas obligatorios de intervención
conductual.
2. Transformación cultural y educativa
- Integrar educación emocional,
respeto y equidad de género
desde la escuela primaria.
- Campañas continuas de
sensibilización
contra la violencia, el abuso y la normalización del maltrato.
- Combatir el discurso machista en medios, redes y espacios
comunitarios.
- Programas comunitarios que faciliten espacios de
reflexión, prevención y conversación abierta.
- Promover modelos de
masculinidad no violentos,
desmontando la idea del control y la dominación como rasgos de “hombría”.
3.
Salud mental y atención integral
Centros
de atención psicológica gratuitos
para víctimas, familiares y cuidadores.
- Equipos multidisciplinarios (psicólogos, psiquiatras,
trabajadores sociales, abogados) con disponibilidad inmediata.
- Líneas de ayuda 24/7 con capacidad real de
respuesta, acompañamiento y canalización.
- Incluir la salud mental en la
atención primaria,
para detectar señales tempranas y evitar que la violencia se agrave.
- Programas de terapia para
agresores,
obligatorios en casos judicializados, como parte de una estrategia
preventiva
4.
Protección económica y apoyo social
- Subsidios temporales para mujeres víctimas que
dependan económicamente del agresor.
- Casas de acogida bien
financiadas, con
condiciones dignas y programas de reintegración social.
- Acceso prioritario a empleo y
formación técnica
para víctimas de violencia, garantizando independencia económica.
- Transferencias condicionadas o
ayudas directas
para madres solteras en riesgo de violencia o abandono.
5. Tecnología, vigilancia y prevención
- Aplicaciones móviles para denunciar, pedir auxilio
y registrar evidencia de manera segura.
- Sistemas de alerta temprana conectados con la Policía
Nacional y el Ministerio Público.
- Pulseras o dispositivos de
geolocalización
para agresores con orden de alejamiento.
- Bases de datos
interinstitucionales
que integren denuncias, historial de agresiones y seguimiento a casos.
6.
Medios de comunicación y responsabilidad informativa
- Protocolos de cobertura ética en medios para evitar el
sensacionalismo y la culpabilización de la víctima.
- Campañas mediáticas masivas que visibilicen las señales
tempranas de violencia psicológica.
- Espacios de voces expertas en salud mental, justicia y
derechos humanos para educar y orientar.
7. Participación ciudadana y comunitaria
- Redes barriales de apoyo y
alerta
coordinadas con autoridades locales.
- Capacitación en primeros
auxilios emocionales
para líderes comunitarios, docentes y trabajadores sociales.
- Iniciativas de hombres aliados, para romper el ciclo de
silencio y promover corresponsabilidad.
8. Agenda legislativa urgente
- Actualizar leyes de violencia
de género y delitos sexuales
para incluir nuevas formas de agresión digital y psicológica.
- Endurecer sanciones a funcionarios que dificulten
el proceso de denuncia o revictimicen.
- Legislar sobre salud mental para garantizar acceso
universal, cobertura obligatoria y programas de prevención.
9. Investigación, datos y análisis
- Sistema nacional de
estadísticas integradas
para medir la violencia con precisión.
- Estudios de impacto sobre salud
mental asociados
a violencia sexual, psicológica y doméstica.
- Observatorio independiente que vigile el cumplimiento de
políticas públicas y el uso de recursos.
Estas acciones constituyen un mapa integral de prevención, protección y
transformación social. Atacar la violencia sin atender el miedo ni la
salud mental es insuficiente. Combatir el miedo sin sancionar la impunidad es
inútil. Atender la salud mental sin transformar la cultura es incompleto.
Todo está interconectado, violencia, miedo, trauma, silencio,
impunidad, más violencia.
Y solo un enfoque completo puede romper ese ciclo.
