Publicado en May 31, 2012
Por Ramón Ceballo
El Partido Revolucionario Dominicano, una vez más ha demostrado que
independientemente de las dificultades que se han presentado en los
procesos electorales mantiene cautiva una gran fuerza electoral.
Hoy más que nunca se necesita una oposición consciente, y para lograr
eso es fundamental dar un paso que nos coloque a la altura de los
desafíos que se presentan, en una etapa signada por incertidumbres y
dificultades imprevistas.
La dirección del partido blanco esta llamada a iniciar políticas en las
cuales hayan un importante programa de cambios, no solo en la conducción
del partido, sino en cuanto a una nueva visión de hacer política en el
País, que es lo que espera la mayoría del pueblo dominicano de sus
dirigentes.
Los dirigentes del PRD, deben dejar a un lado la visión personalista,
grupal y sectaria y facilitar darle vida a un mecanismo de dirección
donde se pueda discutir cómo debe ser el partido del futuro. De no hacer
esto, corre el partido de Peña Gómez, la posibilidad de que los
sectores mas atrasados del país pretendan buscar mecanismos, para
dispersar esta fuerza política.
En los últimos 10 años, con la colaboración de importantes dirigentes
perredeísta, tanto el gobierno como importantes núcleos de poder y
sectores mediáticos han buscado disminuir este potencial electoral que
el PRD tiene en el seno del pueblo y no lo han podido lograr, a pesar
del uso y abuso de los recursos del Estado.
Sin embargo este es quizás el momento más crítico por el que atraviesa
el Partido del jacho prendió, pues hoy más que nunca el gobierno,
necesita desarticular al PRD, para eso utilizara caballos de Troya,
además del control que tiene en muchos medios de comunicación para
incentivar e instigarán la división y el debilitamiento de esta gran
fuerza electoral.
Para impedir los planes del gobierno y sus aliados, la dirección del PRD
debe aprovechar el peso que el partido de Peña Gómez ha ganado en el
escenario nacional y producir claras señales de renovación, no solo en
cuanto a la metodología organizativa, sino también en su propia
concepción ideológica, lo cual permitirá producir un salto en calidad de
sus dirigentes.
Es el momento de buscar espacios en los cuales dirigentes de diferentes
niveles de dirección interactúen, buscando juntos construir un sentido
de propósito partidario más allá del objetivo personal y clientelar.
La dirección del partido blanco si desea continuar siendo una real
fuerza electoral está obligada a dejar a un lado sus intereses
personales, de grupos y colocar nuevos temas en la agenda nacional.
Además, crear las condiciones para organizar una nueva convención que renueve la dirección, en la cual haya dirigentes capaces de proyectar una imagen de futuro, en la cual prevalezca la unidad de propósitos, con dinamismo, y coherencia política.
Además, crear las condiciones para organizar una nueva convención que renueve la dirección, en la cual haya dirigentes capaces de proyectar una imagen de futuro, en la cual prevalezca la unidad de propósitos, con dinamismo, y coherencia política.
Una crisis interna le restaría al Partido Revolucionario Dominicano,
apoyo en la población y beneficiará al gobierno y a los enemigos
tradicionales del partido de la esperanza nacional, porque si una cosa
tiene cansada a la población dominicana, son las constantes luchas
internas del perredeísmo. Se impone en este momento la restructuración
con sentido de propósito partidario hacia el futuro.